viernes, 5 de junio de 2015

Ciencia Espacial


Las Ciencias Espaciales:


Hacia finales de diciembre de 2014, la nave espacial MAVEN ( acronimo de Mars Atmosphere and Volatile Evolution, en idioma ingles, o Atmosfera de Marte y evolucion de materiales volatiles de auroras diseminadas en el hemisferio norte de Marte. las luces de navidad como las llamaron los investigadores, rodearon el globo y descendieron tan cerca del ecuador marciano que, si se hubiera producido en la tierra, se hubieran ubicado por encima de lugares como Florida y Texas.

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A diferencia de la Tierra, Marte no tiene un campo magnético global que envuelva al planeta entero. Por el contrario, el Planeta Rojo posee campos magnéticos con forma de paraguas que “brotan” del suelo como si fueran hongos, a un lado y al otro, pero principalmente se encuentran en el hemisferio sur. Estos paraguas son restos de un antiguo campo global que se descompuso hace miles de millones de años.


                                        


Al igual que la nave Mars Express hace 10 años, MAVEN posee una cámara ultravioleta; de modo que no está viendo lo mismo que ven los ojos de los seres humanos. ¿Qué vería un ser humano?
Schneider no está seguro. “Todavía estamos haciendo física”, señala, “pero tenemos algunas hipótesis fundamentadas”.


                                        


A pesar de que la atmósfera de Marte está formada principalmente por CO2, contiene algo de oxígeno y esa es la clave para el color de las auroras. Los átomos de oxígeno excitados de la atmósfera marciana probablemente producirían la luz de color verde.
“Un brillo verde difuso parece ser bastante posible en el cielo de Marte; al menos cuando el Sol está expulsando partículas energéticas”, dice Schneider.



                                     


MAVEN llegó a Marte en septiembre de 2014 en una misión destinada a investigar un misterio planetario: Hace miles de millones de años, Marte estaba cubierto de una capa de aire lo suficientemente masivo como para calentar al planeta y permitir que el agua líquida fluyera sobre su superficie. La vida podría haber prosperado en un medio ambiente como este. En la actualidad, sin embargo, solo queda una pequeña fracción de ese antiguo aire, lo que hace que Marte sea un páramo seco.


                                       


Fuego y Hielo

Ese es solo uno de los muchos e increíbles descubrimientos sobre Mercurio que la nave espacial MESSENGER* (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging, en idioma inglés, o Superficie, Ambiente espacial, Geoquímica y Cálculo de la Distancia de Mercurio, en idioma español) hizo llegar a la Tierra durante los últimos 7 años. Hoy más temprano, la misión llegó a su fin con un choque tan espectacular como lo son algunos de sus hallazgos


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. Los controladores de la misión, en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, en idioma inglés), ubicado en Laurel, Maryland, han confirmado que MESSENGER chocó contra la superficie de Mercurio el 30 de abril a las 3:26 de la tarde (EDT – hora diurna del Este). La nave había usado el último de sus propulsores el 24 de abril y no pudo mantener una órbita estable. Viajando a alrededor de 14.082 kilómetros por hora (8.750 millas por hora), la nave espacial que caía en picada hizo un cráter nunca visto en el lado del planeta que está opuesto a la Tierra.


                                  


La ironía de los polos de Mercurio: Mercurio parecería ser un lugar improbable para hallar hielo. Pero la inclinación del eje de rotación de Mercurio es prácticamente cero (menos que un grado); por lo tanto, el piso de los cráteres en los polos del planeta nunca ve la luz del Sol. Los científicos sugirieron hace décadas que podría haber agua congelada atrapada allí. La idea recibió más respaldo en el año 1991, cuando el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y la antena Goldstone, ubicada en California, detectaron reflexiones de radar inusualmente brillantes, las cuales emanaban de los polos de Mercurio (la clase de reflexiones que produciría el hielo).

                                         


Magnéticamente hablando, Mercurio está vivo:Hasta que la nave Mariner 10 descubrió el campo magnético de Mercurio, en la década de 1970, la Tierra era el otro único planeta terrestre conocido que tenía un campo magnético global. El agitado núcleo caliente de la Tierra, que está formado por hierro líquido, genera el magnetismo de nuestro planeta a través de un mecanismo llamado dínamo magnética

                                                  

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Un planeta con una cola: Mientras orbitaba Mercurio, MESSENGER hizo su primera observación in situ de la singular exosfera de Mercurio.


                                          

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